MODELO POR DESCUBRIMIENTO
Es una propuesta que nace como respuesta a las diferentes dificultades presentadas
en el modelo por transmisión; dentro del modelo se pueden distinguir dos matices,
el primero de ellos denominado modelo por descubrimiento guiado, si al estudiante
le brindamos los elementos requeridos para que él encuentre la respuesta a los
problemas planteados o a las situaciones expuestas y le orientamos el camino que
debe recorrer para dicha solución; o autónomo cuando es el mismo estudiante quien
integra la nueva información y llega a construir conclusiones originales.
Frente a su origen, son dos los aspectos que permitieron consolidarlo como una
propuesta viable, que en su momento respondía a las deficiencias del modelo
anterior: el aspecto social y el cultural, los cuales permiten reconocer que la
ciencia se da en un contexto cotidiano y que está afectado por la manera cómo nos
acercamos a ella. Todo esto hace que la ciencia y su enseñanza se reconozcan en
los contextos escolares desde supuestos como:
• El conocimiento está en la realidad cotidiana, y el alumno, en contacto con ella,
puede acceder espontáneamente a él (inductivismo extremo).
• Es mucho más importante aprender procedimientos y actitudes que el aprendizaje de contenidos científicos.
De lo anterior se desprenden algunas características relevantes que lo identifican
como un modelo inductivista y procedimental:
La ciencia se sigue asumiendo como un agregado de conocimientos, pero que
está más cercano al estudiante, pues en la realidad que observa, en su ambiente
cotidiano él encuentra todo el conocimiento (información) que requiere para su
desenvolvimiento en y fuera de la escuela y, por tanto, es un producto natural del
desarrollo de la mente del educando.
De igual manera, la ciencia es puntual, definitiva y se desconoce su dinámica interna,
pues se valora la importancia de los adelantos científicos, pero no los problemas que
se plantearon inicialmente para poder dar respuesta a las necesidades del hombre.
De igual modo, se promueve una imagen del científico, fundamentada en que son
modelos a seguir para la construcción de conocimiento válido y verdadero.
Con respecto al estudiante: se lo considera como un sujeto, que adquiere el
conocimiento en contacto con la realidad; en donde la acción mediadora se
reduce a permitir que los alumnos vivan y actúen como pequeños científicos, para
que descubra por razonamiento inductivo los conceptos y leyes a partir de las
observaciones. De esta manera el modelo plantea que la mejor forma de aprender
la ciencia es haciendo ciencia, hecho que confunde dos procedimientos: Hacer y
aprender ciencia. Sin embargo, “es preciso tener en cuenta a este respecto que, pese
a la importancia dada (verbalmente) a la observación y experimentación, en general
la enseñanza es puramente libresca, de simple transmisión de conocimientos,
sin apenas trabajo experimental real (más allá de algunas ‘recetas de cocina’).”
(Adúriz,2003)
El docente se convierte en un coordinador del trabajo en el aula, fundamentado en
el empirismo o inductivismo ingenuo; aquí, enseñar ciencias es enseñar destrezas
de investigación (observación, planteamiento de hipótesis, experimentación), esto
hace que el docente no dé importancia a los conceptos y, por tanto, relegue a un
segundo plano la vital relación entre ciencia escolar y sujetos. Esto se convierte en
uno de los puntos más críticos del modelo, me refiero al inductivismo extremo, que
plantea como requisito fundamental y suficiente para la enseñanza, una planeación
cuidadosa de experiencias y su presentación al estudiante para que él, por sí solo,
descubra los conocimientos.